Ser madre no es para mi.

Antes de empezar les cuento un problema que tuve con este post. No sabia si hacer primero éste o contar mi historia con EL. Me parece que es mejor que primero sepan toda la historia, y después les encaje todo cuando sepan mi historia con EL.

Les juro que la cosa ya se me esta poniendo complicada y me es muy difícil decidir si continuar o no con la historia.

Nos ubicamos?
Segundo año del secundario. Ese año me puse de novia con EL. A los tres meses de novios tuvimos nuestra primera vez. A los cinco meses de novios, una semana antes de mi cumpleaños numero 14, quede embarazada. Si, mínimos 14 años y ya llevaba una vida adentro mio.
Resulta que tuve un atraso de una semana, se lo digo a EL, se lo digo a mi mama, y decido hacerme un test de embarazo, el cual obviamente salió positivo. Cuando vi las dos rayitas el corazón empezó a querer salirse de adentro mio. ERA FELIZ. Mi mama lloro mucho. Yo sali corriendo de mi casa y fui y se lo conté a Laura. Se lo conté a EL, se lo contamos a sus padres, los cuales odiarme fue lo mas dulce que hicieron. Pero había algo que yo no entendía.. porque era la única que saltaba de felicidad cada vez que recordaba que estaba embarazada?. Hoy, 3 años y medio después, puedo responder esa pregunta. Nadie estaba preparado.
Mi mama me apoyo, a pesar de que no era de su agrado, estaba resignada que otra cosa mas que apoyarme no se podía hacer. Los padres de el llegaron a tratarme de mentirosa, que armaba lo del embarazo para retenerlo, si supieran que sin embarazo todavía lo tengo en mi vida.
El bebe se iba a llamar Santiago, cuando me bañaba me acariciaba la panza, dormía abrazada a mi panza, le hablaba a mi panza, mi panza era todo, ese bebe era mio, mio y nada mas que mio. En realidad también era de EL, y eso es lo que me daba mas felicidad que nada en este mundo. No aguantaba ningún olor, todo me daba asco, creo que en esa época llegue a tener las mejores tetas del mundo (ja!), todos los síntomas propios del embarazo los sufrí.
Pero el sueño duro solo dos semanas.
Si, me convencieron de que SER MADRE NO ES PARA MI, o que por lo menos no lo era en ese momento. EL no iba a poder estudiar, porque apenas saliera del secundario tenia que empezar a trabajar para mantenernos a mi y a Santiago, yo no iba a tener mis soñados 15 años, no iba a poder seguir en ese colegio y mil cosas mas.
El 11 de Noviembre de 2005 mi bebe no estaba mas. Me dormí a eso de las 2 de la tarde sabiendo que estaba cometiendo el peor error de mi vida y me desperté a las 4 de la tarde llorando (confieso que las lágrimas caen de solo tener que revivir todo eso). Ese día EL estuvo en mi casa toda la tarde, no me despegue de su pecho ni un segundo. Muchas, muchas, muchas noches soné con ese bebe, durante mucho, mucho, mucho tiempo no podía escuchar el nombre Santiago sin que se me cayeran las lágrimas, muchas, muchas, muchas veces lloraba sin sentido cuando veía un bebe.
Me costo mucho entender el porque hice eso. Fue el peor error de mi vida, si leyeron "Bulimia" ahí dice que en octubre de 2005 paso un acontecimiento que me llevo a empeorar mi situación, supongo que ahora entienden que fue lo que paso. Me quitaron a mi bebe, y no tengo ningún recuerdo de el. Nunca voy a saber si de verdad se iba a llamar Santiago o íbamos a tener que buscar un nombre de nena, nunca voy a saber si tenia los ojos de EL o los mios, nunca voy a saber si iba a caminar rápido o no, nunca voy a escuchar su voz pidiendo me upa, nunca me voy a despertar a la noche por su llanto, nunca me va a decir mama.
Si leyeron todo lo que vengo contando y si se acuerdan, mi papa le pidió a mi mama que se hiciera un aborto y mi mama no se lo hizo, porque yo no tuve la valentía de enfrentarme al mundo y decirles que yo si quería a ese bebe?. No me importaba si estaba o no lista, no me importaba lo que perdía o lo que ganaba, yo lo amaba, yo lo quería, yo si estaba lista para darle todo lo que estuviera a mi alcanze.
Hoy entiendo que todo fue un caro precio a pagar por poder tener la vida que tengo y por poder tener la oportunidad de ofrecerles a mis futuros hijos lo que a ese bebe seguramente no iba a poder darle.


Pero de algo estoy muy segura. Ningún hijo mio va a llamarse Santiago. Santiago existe, aunque solo en mis sueños.